domingo, 29 de junio de 2008

Dónde está Matt?

Matt Harding lleva, desde que dejó su antiguo trabajo de programador de videojuegos en 2003, viajando por todo el mundo.

Este es otro de esos vídeos que te llenan por dentro, que te provocan ternura, alegría, sonrisas y te hacen sentir...

Uno de esos vídeos que nos encantan publicar en este blog.

Yo también quiero dejar de pensar, salir de la rutina y ¡BAILAR POR TODO EL MUNDO!

(más vídeos aquí en su web)



Where the Hell is Matt? (2008) from Matthew Harding on Vimeo.

miércoles, 25 de junio de 2008

Respirar es un milagro, SE AGRADECIDO

¿Por qué solamente nos acordamos de lo afortunados que somos cuando nos van mal las cosas? Parece que sÓlo le damos valor a las cosas después de perderlas.
El caso más típico es cuando enfermamos o cuando tenemos que estar varios días en cama o por ejemplo cuando visitamos a algún familiar que está en el hospital. Parece que solo en ese tipo de situaciones nos damos cuenta de la suerte que tenemos.
Por qué somos tan desagradecidos?

Tampoco es cuestión de dar las gracias constantemente pero sí de ser conscientes que respirar es un milagro.

Cuando recibimos un servicio que no nos gusta es muy sencillo el criticarlo sin embargo parece complicado la situación opuesta. Particularmente me gusta mostrar mi gratitud cuando estoy incluso en reuniones con mis amigos. “Gracias por estar aquí chicos” (lo cual solía verse respondido por una mirada de incredulidad en las primeras ocasiones y ahora con una complicidad y unos abrazos súper enriquecedores...)

Agradece todas las cosas, desde las críticas hasta las experiencias más duras. Estas situaciones son fases de aprendizaje. Recuerdo una entrevista de trabajo que tuve hace un tiempo cuyo rechazo provocó cierto bajón de autoestima. Ahora, mirando retrospectivamente, agradezco esa situación porque me llevó a aprender cosas de mi mismo y a encontrar otro trabajo mucho mejor que el que me ofrecían (nunca se sabe…)

Es importante expresar cuando nos encontramos bien, no solamente cuando no estamos a gusto. Las palabras de agradecimiento son fáciles de escuchar pero complicadas de pronunciar. Mostrando agradecimiento el positivismo empieza a llenar nuestras vidas.

Gracias al Sol, a las Plantas, al Agua, a mi Gente, a mi no Gente y a todas las cosas que tienen valor antes de perderlas. Es decir, gracias a TODO.

GRACIAS A LA VIDA.


lunes, 23 de junio de 2008

¿El hombre más feliz del planeta?

Escuché esta noticia en un programa de radio. Buscando un poco en la red he encontrado un reporte sobre la misma y lo he leído con interés.

Dentro del articulo he encontrado una idea que me ha cautivado, textualmente dice: "
Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial como respuesta a nuestras propias frustraciones."

Es posible que no se necesite ningún ejemplo al respecto, pero un día, un amigo me lo ofreció así:
Estás sentado en un restaurante y hablas con tu acompañante, la conversación es agradable, el trabajo, el último libro, un par de exposiciones, la selección... Pasan 15 minutos y llega el camarero, un vistazo a la carta y se hace el pedido.
Estás sentado en un restaurante, te sientas, miras al camarero para hacerle saber que quieres pedir. El camarero en esa hora del día anda algo atareado, no te ve. Insistes levantando la mano. Lleva algunos pedidos y ni siquiera se da cuenta. Le comentas a tu acompañante la situación; "Vaya, como está el servicio". Vuelves a levantar la mano. El camarero lo nota y con un gesto indica que va en un momento. Vuelve a pasar con pedidos un par de veces y no se detiene. "Parece que se le ha olvidado que estamos aquí". "Menudo desastre de restaurante". "Que hambre tengo". Después de 10 minutos, por fin llega. Pides de mala gana.

Sólo depende de uno mismo.

miércoles, 18 de junio de 2008

¿Dices lo que piensas?, ¿piensas lo que dices?. ¿Debemos decir siempre lo que pensamos?...

“ - Necesitas un buen corte de pelo - dijo el Sombrerero -.
Había estado observando a Alicia con mucha curiosidad, y estas eran sus primeras palabras.
- Debería aprender usted a no hacer observaciones tan personales - dijo Alicia con acritud -. Es de muy mala educación.
Al oír esto, el Sombrerero abrió unos ojos como naranjas, pero lo único que dijo fue:
- ¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?.
“¡Vaya, parece que nos vamos a divertir!”, pensó Alicia. “Me encanta que hayan empezado a jugar a las adivinanzas”. Y añadió en voz alta: - Creo que sé la solución.
- ¿Quieres decir que crees que puedes encontrar la solución? - preguntó la Liebre de Marzo-.
- Exactamente - contestó Alicia -.
- Entonces debes decir lo que piensas - siguió la Liebre de Marzo -.
- Ya lo hago - se apresuró a replicar Alicia -. O al menos... al menos pienso lo que digo... Viene a ser lo mismo, ¿no?.
- ¿Lo mismo?. ¡De ninguna manera! - dijo el Sombrerero -. ¡En tal caso, sería lo mismo decir “veo lo que como” que “como lo que veo”!.
- ¡Y sería lo mismo decir - añadió la Liebre de Marzo - “me gusta lo que tengo” que “tengo lo que me gusta!”.
- ¡Y sería lo mismo decir añadió el Lirón, que parecía hablar en medio de sus sueños - “respiro cuando duermo” que “duermo cuando respiro!”.
- Es lo mismo en tu caso - dijo el Sombrerero -.
Y aquí la conversación se interrumpió, y el pequeño grupo se mantuvo en silencio unos instantes, mientras Alicia intentaba recordar todo lo que sabía de cuervos y de escritorios, que no era demasiado…”
LEWIS CARROLL, “Alicia en el País de las Maravillas”.
¿Dices lo que piensas?, ¿piensas lo que dices?. ¿Debemos decir siempre lo que pensamos?...
Normalmente hablamos muy a la ligera, nadie ahorra ahora nada a nadie en lo que se refiere al hablar o contar. Confesamos todo lo que podemos, y uno no siempre quiere saber todo lo habido y por haber… Deberíamos ser más cuidadosos a la hora de contarnos o no contarnos, interrogarnos o no interrogarnos. Últimamente, (quizá por la paulatina pérdida de las creencias religiosas), la idea de que nadie contemple lo que hacemos, de que nadie esté al tanto de lo que hacemos, de que nadie nos juzgue, nos ha creado una especie de pavor a que ya no haya testigos de nuestra cotidianeidad, de nuestra existencia. En ocasiones tengo la sensación de que el mundo estaría mejor sin el relato de ciertas cosas, aunque a veces se nos hace muy difícil callar. Pienso que hay cosas que deben saberse, pero a veces pienso “ojalá no se supieran”, aunque quizá en el fondo lo que estoy pensando realmente es “ojalá no hubieran sucedido para que no se supieran”… Ahí siempre hay una contradicción, pero precisamente en la vida la incongruencia es válida.
La ausencia de preguntas o informaciones, (aunque pueda parecer una contradicción), puede ser una de las formas de vitalizar las relaciones, y a veces es incluso una forma de respeto. A casi todo el mundo, lo sepa o no, le conviene estar a solas una parte del día. ¿Por qué hoy en día la gente no pierde el tiempo casi nunca?... Tengo la sensación de que a la mayor parte de la gente le horroriza palpar el tiempo y por eso lo tiene que llenar, por ejemplo llamando por el móvil a ochocientas personas para decir que van por la Calle Mayor o por la Gran Vía. Tenemos que rellenarlo y lo que no admitimos es perderlo pensando. Pensar, (no siempre para decir), es una de las cosas más entretenidas y distraídas que hay, aunque sea en las musarañas…

domingo, 8 de junio de 2008

Jung

Aparece Jung últimamente en casi todos los textos que caen en mis manos... incluso en algún programa de radio he oído su nombre más de una vez.

Con mucha curiosidad he leído algunas de sus ideas, teorías y dinámicas. He encontrado un sitio, que realmente me ha parecido muy interesante y en el cual no sólo se habla de sus teorias, sino que además se describen más aspectos de su pensamiento. En principio, buscaba sobre todo, aprender algo sobre el inconsciente colectivo y los arquetipos pero me he encontrado con otro aspecto (algo más práctico) que quizás me han llamado más la atención: Un test basado en los estudios sobre los tipos y funciones de la personalidad de Jung.

He encontrado dos sitios que hacen referencia a este test en internet. El primero, test de Keirsey, está compuesto por 70 preguntas, concluye con un resultado porcentual que no acaba de quedar muy claro . El segundo, sin embargo, basado en la tipología de Myers-Briggs/Jung, está formado por 41 cuestiones y ofrece un resultado que describe un tipo de personalidad, quizás algo más preciso. De todas formas recomiendo hacer los dos y complementar los resultados con esta información.




lunes, 2 de junio de 2008

La visión del enamorado, mirada entusiasta.

“¿Por qué se ha de considerar como decisivo el punto de vista del indiferente y no el del enamorado?. Tal vez la visión amorosa es más aguda que la del tibio. Tal vez hay en todo objeto calidades y valores que sólo se revelan ante una mirada entusiasta.”. Ortega y Gasset, “Las Atlántidas”.

La ciencia atribuye la capacidad de enamorarse a complejas reacciones químicas que tienen lugar en el cerebro. Éste movido por las emociones, produce unas sustancias químicas llamadas hormonas endógenas, que hacen que la persona eleve su autoestima, experimente sensación de euforia, se sienta animada, alegre y vigorosa. Si hay abundancia de estas “drogas naturales de la felicidad” hay inteligencia emocional e interpersonal. La persona se siente ubicada, sabe quién es, a dónde va, controla sus emociones, conoce sus habilidades, sus talentos y se siente dueña de sí misma.

En un reciente trabajo de unos investigadores de la Universidad College de Londres, y tras captar multitud de imágenes de cerebros enamorados, comprobaron que ante la visión del ser amado se activan determinadas zonas del cerebro, (entre ellas el córtex que curiosamente también responde al estímulo de drogas sintéticas), produciendo sensaciones de euforia. Pero lo sorprendente del nuevo estudio es que además, las áreas encargadas de realizar juicios sociales, y por tanto de someter al prójimo a valoración, se inactivaban. No creo que esto signifique que nos volvamos “ciegos" ante nuestro amor, sino todo lo contrario. Quizá sea en estos casos en los que al bajar la guardia, el amor como un pequeño mago nos ayuda a descubrir los tesoros que todos tenemos escondidos… Es entonces una luz que recogemos para enfocarla sobre una persona o una cosa, es un viaje hacia lo íntimo, es el afán de abandonar la periferia del ser amado que se ofrece por igual a todo el mundo y apoderarse de su intimidad latente, secreta… Así que, ¿por qué no mirar a la vida desde el punto de visita del entusiasta o enamorado?...

Si el optimismo significa creer que algo favorable va a ocurrir, incluso anhelar que esto ocurra, ver el lado positivo de las cosas, tener una postura amable ante los hechos que ocurren. El entusiasmo en cambio es acción y transformación, es la reconciliación entre uno mismo y los hechos. Es creer en nuestra capacidad de transformar las cosas, en nosotros mismos, en los demás, en la fuerza que todos tenemos para transformar el mundo y nuestra propia realidad… Es vocación y devoción por lo que se hace, es entender a otros desde la fuerza que da el creer en nosotros mismos, es mirarse en otro y encontrarse en él y en ti, es potenciar y potenciarse, abrirse y no renunciarse, amar y amarse.... No hay que quedarse esperando a que las condiciones mejoren, que llegue el éxito, que mejore nuestro trabajo. El secreto está dentro de nosotros y no consiste simplemente en pensar que las cosas pueden salir bien, sino en creer que somos capaces de hacerlas bien.

Sentirnos felices es una cuestión de actitud hacia la vida: las “drogas de la felicidad” no se consiguen en el exterior, sino que las creamos mediante una vida llena de amor, entrega y entusiasmo. Debemos amar y disfrutar apasionadamente lo que hacemos. Tener relaciones con personas que nos motivan y enriquecen nuestra fuerza vital.

Debemos dejar de un lado toda negatividad, escepticismo e incredulidad, y ser entusiastas con la vida, con quienes nos rodean y con uno mismo.


Morir es seguro, vivir es lo incierto… Así que hay que vivirse chicos!. Y, es que quizás todo iba mejor cuando besábamos más y pensábamos menos…

Jesús Quintero y Eduard Punset

Para mí dos grandes genios (cada uno en su campo).
La entrevista dura casi veinte minutos pero no sobra ninguno...