lunes, 24 de noviembre de 2008

Luis Durán. Volátil.

Leyendo un cómic encuentro algo inesperado. Recuerdo casi con total claridad ese día. Ese día en el colegio... ese día en el instituto... y ese día en la carrera:

Caballeros... como ya saben, éste es el último día de la academia... y por lo tanto también ésta será su última clase de literatura... Comprendo, porque yo también fui alumno, que muchos de ustedes, quizás todos se sentirán eufóricos por no tener que soportar más la absurda verborrea de este viejo profesor. Y supongo que también en este mismo instante la palabra libertad rondará por los laberintos que pueblan sus cabecitas.


En breve se levantarán, franquerán esa puerta y se sentirán libres. Para algunos la estancia en este centro les habrá supuesto experimentar un cambio profundo... interno e irreversible, para otros en cambio... no habrá supuesto absolutamente nada. Pero a todos, atravesar esa puerta les exigirá encararse con un nuevo tramo de sus vidas. Algunos... algunos de ustedes lo tendrán más fácil que otros y quizás ahora mismo, ya les aguarde un cargo laboral importante bajo la tutela de sus progenitores. Otros los menos, tal vez hayan decidio continuar ampliando su formación en otros centros, y entre otras paredes, hasta lograr ser eruditos en alguna de las materias en las que aquí, humildemente, se les inició. Quizás incluso en esta misma materia. Diganme: ¿habrá algun Dickens entre ustedes? Me gustaría creer que sí.
En fin, tristemente tampoco faltarán entre los presentes aquellos, que tal vez por un descuido, desidia o rendición incondicional elijan como siguiente paso una vía muerta... un barco a la deriva... pero todos... todos han de saber que detrás suyo hoy se cierra un ciclo que ya jamás volverá abrirse... pero que a veces retornará a sus vidas por sorpresa, en forma de un papel amarillo, de una rama golpeando un cristal, o de unos niños jugando bajo un melancólico cielo. También hoy ante ustedes se dibuja una encrucijada de caminos entre los cuales deberán de elegir.
Si, es cierto, ya casi todos son personas adultas por lo tanto ya atravesaron, anteriormente otros cruces, ya abrieron anteriormente otras puertas. Pero... pero si observan detenidamente, se percatarán de que la puerta a franquear será cada vez más estrecha... de que ese cruce de caminos cada vez tendrá un abanico de opciones a elegir más reducido y ustedes... ustedes también, un día, cuando se busquen sobre algún espejo, se descubriran... menos audaces... menos desvergonzados...menos atrevidos... y menos silvestres. Y la palabra LIBERTAD volverá a rumiar entre los laberintos de sus cabecitas pero cada vez con menor impulso... cada vez con menor pasión.

Caballeros... cuando franqueen esa puerta, ¿realmente serán más libres?


Lo dudo.

lunes, 3 de noviembre de 2008