lunes, 16 de febrero de 2009

"Aceleración crónica". José M. Marco (profesor de filosofía)

Me encuentro en el bus con el "Diario de Navarra", el viaje es largo asi que le echo un vistazo. Economia, sociedad, deporte, Nacional, Internacional... en fin, me quedo con la sección de opinión y me encuentro una joya que enlaza directamente con aquellas ideas irracionales de Albert Ellis, aunque sólo en un aspecto muy concreto. El articulo lo escribe José M. Marco, lo reproduzco íntegramente. Me conformo con dejar de cometer uno de los vicios... ;)


"Cuando en siglo XIX se comenzaron a incorporar las máquinas a la producción industrial y en pocas horas se fabricaba lo que a un artesano le costaba días, algunos intelectuales pensaron que era el imicio de una nueva sociedad. Una sociedad en la que las personas podrían disfrutar más de su tiempo, vivirían más tranquilas y no tendrían que dedicar tanto tiempo al trabajo.

En parte acertaron -las jornadas laborales son mucho más reducidas-, pero paradójicamente la sociedad de internet, del teléfono, del AVE, de las autopistas, la sociedad en la que te cuesta veinte minutos un desplazamiento que antes costaba varias horas, la sociedad en la que puedes transmitir y recibir información de cualquier parte del mundo sin esperar apenas un segundo, es también la sociedad del estrés, las prisas, el "llego tarde" y el "nunca tengo tiempo".

Este agobio crónico en el que vivimos muchas personas en la actualidad responde a una serie de vicios en nuestras actuaciones y a una serie de prejuicios sobre la utilización del tiempo: vicios y prejuicios presentes tanto en la planificación del tiempo de estudio como en la vida cotidiana.

Realizo varias tareas al mismo tiempo. Si no me centro en una actividad no puedo concentrar mi mente y mis esfuerzos en solucionar un problema o realizar una acción. Cuantas más tareas simultaneas realizo menos eficiente soy, tengo que esforzarme más para conseguir menos, tengo que realizarlas deprisa para poder dedicarme a todas y acabo frustrado porque son escasas las actividades que termino correctamente.

No se aislarme para evitar interrupciones. Las constantes interrupcione restan también eficacia a mis actos al mismo tiempo que le añaden estrés. Buscar el lugar y el momento apropiado es sinónimo de menos tiempo de trabajo para mayor perfección. Por muchas prisas que tenga no es más inteligente comenzar a trabajar a media tarde con los niños jugando alrededor que esperar a que se vayan a la cama y poder dedicar mis esfuerzos de forma continuada.

Quiero hacer más cosas de las que son posibles en un tiempo determinado. Si tengo dos horas antes de llegar a una cita pienso realizar una actividad en ese tiempo, si acabo media hora antes, en lugar de ir paseando tranquilamente, comienzo otra actividad que tengo que realizar a todo correr y que me obliga a ir también corriendo a mi cita.

No sé determinar qué es lo más importante en cada momento. Uno de los aspectos fundamentales para organizar bien mi tiempo es saber distinguir lo importante de lo que no lo es tanto. Si no soy capaz de distinguirlo comienzo múltimples tareas que voy abandonando cuando surgen otras o me dedico a actividades que me quitan el tiempo necesario para solucionar lo principal.

Me dedico a actividades inútiles o sin solución. A veces nos obsesionamos con un tema que escapa a nuestro control o a nuestra actividad sin embargo continuamos dedicándole tiempo y esfuerzo porque consideramos que dejarlo es rendirnos o fracasar. Hay que saber diferenciar lo que entra dentro de nuestras posibilidades y lo que escapa a ellas.

Trabajo demasiadas horas. Parece que una persona más ocupada es más efectiva, pero no es así. Una persona más efectiva es la que mejor se organiza y una parte muy importante de esa organización es el descanso ya que nos ayuda a afrontar los problemas con nuevas energías, una mente y un cuerpo descansados.

Si trabajo más deprisa aprovecho mejor el tiempo. Trabajar más deprisa implica ponerme nervioso y no realizar mis actividades correctamente, lo cual significa desaprovechar el tiempo. Las prisas no son buenas consejeras, el tiempo es limitado y mis metas tambien deben serlo. El tiempo es mi vida y una vida con calidad no es compatible con una -aceleración crónica-".


jueves, 5 de febrero de 2009

¿Matan en la escuela la creatividad?

No sabría que decir... quizás tuve suerte.

Con esta provocativa pregunta Sir Ken Robinson aprieta el gatillo del arma que apunta nuestras cabezas.

2 años de preescolar + 8 años de Educación General Básica + 3 años de Bachillerato Unificado Polivalente + 1 año de Curso de Orientación Universitaria + 6 años de Universidad = 20¿?