La ley de atracción dice que cuando una persona realmente desea algo el universo se lo provee. Así de fácil. Como un imán atraemos lo que deseamos, o mejor dicho, se basa en la ley de que lo parecido atrae a lo parecido. Así una persona atrae cosas positivas o negativas dependiendo de sus pensamientos (conscientes o subconscientes).
Esta ley se ha puesto de moda gracias a la película de “El Secreto” (2006) . Aunque sus orígenes datan de 1902, del libro “As a man thinketh” de James Allen. La película ha sido tremendamente exitosa, especialmente en Estados Unidos, y ha dado pie a multitud de libros y merchandising.
Los pasos a llevar a cabo son los siguientes:
1.- Tener claro lo que se quiere y desearlo plenamente.
2.- Pedirlo al universo
3.- Visualizarlo como si ya se tuviera y no tener ninguna duda de la consecución del mismo
4.- Sentirse agradecido. No solamente de lo que se quiere sino también de todo lo que ya se posee.
El tercer paso es el más importante. Se recomienda escribir con todo detalle lo que se quiere alcanzar y sentirlo como si ya se hubiera alcanzado. Se aconseja hacerlo cuando te vas a ir a dormir o cuando te estás despertando porque es en esos momentos en los que nuestro cerebro empieza a funcionar en estado alfa. El estado alfa es un estado de “duermevela” en el que estamos más en contacto con nuestro subconsciente. El sistema que más ha estudiado las ondas alfa es el Método Silva.
Particularmente no se si la ley de la atracción funciona. Sin embargo no tengo ninguna duda, como amante del pensamiento positivo, de que ser el dueño de nuestro destino pasa por elegir los pensamientos más beneficiosos para nuestra felicidad.
La psicología afirma que lo que llegamos a ser y a convertirnos pasa en un tanto por ciento muy elevado por lo que pensamos y sentimos. El ser humano moldea su vida día a día con sus pensamientos y experiencias aunque por supuesto haya circunstancias en las que uno no tiene el control. Nuestras acciones son consecuencias de nuestros pensamientos. Si te crees enfermo, estás enfermo en realidad.