miércoles, 23 de abril de 2008

El arte de amar

Estoy releyendo el libro de “El arte de amar” de Erich Fromm. Es curioso como cuando relees un libro descubres cientos de cosas que previamente pasaron desapercibidas o que simplemente no recordabas. Aunque este libro lo había leído hacía ya muchísimos años, me ha sucedido algo similar. De pronto descubro párrafos que resuenan dentro de mí y por eso me apetecía compartirlos.
Me gustaría haceros partícipes de los tres grandes errores que se dan de forma genérica según Fromm a la hora de amar.

En primer lugar para algunas personas el problema del amor consiste en SER AMADO y no en amar. Para conseguir esto algunos hombres tratan de conseguir éxito, ser poderosos y ricos. Por otro lado ciertas mujeres intentan resultar atractivas cuidando su apariencia exterior.

La segunda premisa es el tratar al amor como un objeto dentro de nuestra cultura excesivamente mercantilista. Es decir, que dos personas se enamoren cuando sientan que han encontrado el mejor objeto disponible en el mercado dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio. Supone valorar a tu pareja por los rendimientos futuros que te puede ofrecer teniendo en cuenta lo que tu “vales” en el mercado. Más o menos como quien compra un piso en base a la cantidad de la hipoteca que puede solicitar con su sueldo… Si encuentras un apartamento con una buena relación calidad precio te sientes feliz con tu inversión.

Por último habla de la confusión entre el enamoramiento inicial y la situación permanente de estar enamorado. Determinada gente cuando acaba de conocer a una persona siente una inusitada pasión más característica de la soledad que tenía anteriormente que de la prueba de intensidad del amor. No hay empresa que se inicie con tantas esperanzas y que acabe con tantos fracasos como el amor. Algunos crean, en el momento de la pasión inicial, una imagen de la otra persona que no es real. No ven los defectos sino que proyectan sobre su pareja su fotografía ideal. De esta forma a medida que va pasando el tiempo y va corriendo las cortinas y descubriendo la esencia de su pretendiente se va desenamorando más…

Todos estamos sedientos de amor pero casi nadie piensa que hay algo que aprender sobre él. No es una tarea sencilla aunque haya muchos seres que se preocupan de amar y no ser amados, que se enamoran de la esencia del amor y no del objeto y que cada cortina que descubren de su compañero les sirve para enamorarse más de su esencia...

¡Amor para todo el mundo!

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